martes, 7 de diciembre de 2010

Poner un ritmo y dejar que me queme.

No hay nada más hermoso que una habitación vacía, un cuerpo y un alma que suspira por sentir una nota y empezar a fingir que nada más importa.


La semana entera de baja me está matando; necesito bailar ya.
Quiero volver al conservatorio y salir de clase echa polvo; lo creáis o no eso me da la vida, disfruto.
Es la única cosa en mi vida que siempre (y siempre es siempre, desde los cinco años) he hecho porque quiero. Amo la danza; bailo por gusto, por satisfacción personal, por liberación.

Tengo ganas de volver a bailar y de encontrarme con ellas, por supuesto. Son tantas horas y tanto trabajo juntas que enseguida las echo de menos; la verdad no se que voy a hacer al año que viene...
Acabaré el grado profesional antes de que empieze el verano; llorando, seguro.


En fin, más de una semana para esto. Claramente enclaustrarme me merma la creatividad.
Los post operatorios, por leves que sean, no sientan bien a nadie.


Espero que el  esperado puente os esté yendo genial.
Con montar el árbol de navidad y el Belén yo me daré por satisfecha, tampoco tengo ganas de hacer mucho más.

Disfrutad de lo poco que queda de respiro y de lo poco que queda hasta las vacaciones de Navidad, absolutamente todo tiene su encanto.

1 comentario: