Ponme algo dulce

¿Que si me ha traído alguien? No, he venido yo sola. Esperaba encontrarme aquí con algún conocido o algo por el estilo; que mis amigas estén con sus respectivos no ayuda la verdad.
¿Cómo? ¡Ah! ¡Qué va! me vuelvo sola. Estoy acostumbrada, mejor sola que mal acompañada; pero bueno, ¿ves a ese de ahí? fue algo, quizás algo demasiado y por eso no acabamos de andar demasiado lejos el uno del otro. Me ha visto. Perdona un momento.
¿Lo has visto? Se arrastran los dos besos, me rodea la cintura y pregunta si tengo pensado aguantar mucho o a que hora me retiro esta noche, y deja caer por donde va a estar ¡cómo no! ni que pareciera que me interesa.
¿Has oído lo que me ha dicho? Es que no sé si me ha dicho a las tres y media o a las tres y veinte. En realidad me da lo mismo...
Lo que te iba diciendo, ponme un daiquiri de melocotón y échale un ojo que en un rato vuelvo y me cuentas que ha estado haciendo el guapito.

Colorín colorado...

Que el mundo es del color del cristal con el que lo mires es mentira.
La vida tiene todos los colores. Que estemos tan ciegos como para considerar bueno reducir la paleta a uno, como puede ser el pasteloso rosa, es otra cosa.