lunes, 31 de enero de 2011

No me esperes para cenar

- ¿Vuelvo a intentar adelantarte o ya me has visto?
- A ti la idea de que no quiera verte no te encaja ¿verdad?- arquea las cejas- ¿Ahora callas?- y dibuja una mezcla de mueca de desprecio y media sonrisa de burla.
Ella resopla y cruza la calle a la misma velocidad, casi sin mirar y clavando el tacón en cada adoquín. Él corre para alcanzarla, pero tiene que dejar pasar un par de coches, sin perderla de vista.

-¡Oye! Espera, quiero hablar contigo. Sabes...
-¡Claro que lo sé! ¡Sé que no quiero escuchar ninguna estúpida escusa que justifique tu cochina manía de desaparecer!
- ¡Yo no desaparezco! Tengo un trabajo, tengo obligaciones...
-¡Oh, no! ¡Perdona! Tú sólo te largas, te vas fuera, estás fuera, sigues fuera y, cuando parece que me hago a la idea de que no vas a volver, llamas a la puerta y me plantas un beso ¡como si nada!
Se han detenido en medio de la calle. Verla gesticulando, agitando las bolsas, gritando y enfadada le ha hecho retroceder unos pasos aunque casi no se ha dado cuenta. Ella da media vuelta sobre sus talones y sigue andando mientras escupe reproches.
Él reacciona. Se siente como un crío correteando tras su madre justo después de una regañina, anda con pasos rápidos, cortos y tan torpes como ridículos pueden parecer a quien lo ve.
"¿Cómo puede andar así? Tiene los tobillos muy estrechos y, a pesar de ello, los tacones no se tuercen con los caprichos del suelo." Está absorto.
- ¿O me vas a decir que no? !Ves¡ Ni siquiera ahora me escuchas! Estoy gritando en medio de la calle, te estoy gritando. Sabes la vergüenza que me da ver a la gente hacerlo y no tienes nada mejor que hacer que ignorarme. ¡Genial! Lo estás solucionando Andrés, lo estás solucionando todo.

Sin que se dé cuenta, ella ha entrado en el portal. Ha abierto sin descargar las bolsas y empuja la puerta con la cadera. Él consigue entrar, aunque la suerte no es la misma al llegar al rellano del tercer piso.
- ¡Carla, ábreme la puerta!
- Espera un momento, estoy buscando una escusa para encubrir que ¡no me da la gana!
- Últimamente rozas el sarcasmo, demasiado para mi gusto.
- ¡Tu gusto me da lo mismo!
- Vamos Carla, te conozco. No voy a presionarte...
- ¡Venga dime que me conoces como a la palma de tu mano! ¡Atrévete! Es imposible, prestas más atención a tu ombligo que a mí. No puedes decir que ahora me conoces.
- No quiero seguir gritando de una parte a otra de la puerta. Esperaré aquí fuera a que salgas.
Los golpes que sonaban dentro cuando ella descargaba bolsas, las llaves, el bolso... han cesado.
- ¿Estás seguro? ¿Serás capaz de quedarte ahí fuera o te llamarán del trabajo?
Ambos están completamente quietos, cada uno a un lado de la puerta.
- ¿Nada que decir? Bueno, está bien. ¡Ah! Eres libre, vete cuando quieras Andrés. Hace tiempo que ya no te espero para cenar.

viernes, 28 de enero de 2011

Antes no bailaba sola.


Baila, se reinventa, se limita y se libera.
El rasgueo de las cuerdas, la respiración agitada y el cuerpo alerta. Justo en ese momento, cuando todo esto cesa, encuentra el sosiego y la paz necesarios para recordarlo todo.
El silencio que a otros incomoda y que luchan por anular a toda costa, incluso a base de estupideces y obviedades; la lleva de vuelta al primer beso, al segundo, al tercero… Al “todo por la ventana, veinticuatro horas al día, siete días a la semana” que él llevaba por estandarte, a su “ todo el mundo está un poco loco, tu también lo estás” y a aquello que siempre daba paso al revoloteo de besos y al arrullo de su voz: “estamos locos, ¿y qué?”

Sigue estando enamorada, no tiene porqué no estarlo.
Los nombres a media voz, las cenas a media luz, el café a media mañana, susurrar “te quiero” a media noche… Todo sigue intacto dentro de esas pequeñas esferas de cristal que producen años de intimidad y amor.

Un rumor llega de la calle; recuerda porqué baila sola…
Ahora en su interior sólo suena el estallido de los vítreos globos contra su fondo, más allá del suelo.

Yo como más azucar y dejé el vinagre, ¿y tú?

He vuelto a leer una reinterpretación de la misma maltrecha idea: persigue tus sueños.

Ahora lee atentamente, no es un mensaje de desesperanza : seguirlos durante un rato no sirve, perseguir tus sueños no es suficiente. No perder la esperanza como único intento, es un fracaso.
Así de claro.

Trabajar duro es la clave; levantar tus sueños en lugar de creer que eres tú quien tiene que subir arriba para alcanzarlos. No hay que endurecerse, no es necesario obcecarse ni encerrarse; pero suspirar mirando por la ventana y repetir cuánto te gustaría y todo lo que darías por ello sólo te convierte en un cero a la izquierda que mira por la ventana y suspira.

Todo el mundo tiene deseos, metas, utopías... y al fin y al cabo todo sirve para lo mismo: para seguir caminando. Pero hay quien arranca con tranco firme, pisando fuerte, para que se vea por donde ha pasado; disfrutando del camino y cambiando lo que no le gusta, dejando su firma y su esencia por donde anda. Y hay quien pasa lloriqueando, persiguiendo algo que quizás no exista en lugar de mirar donde está, aprovechar lo que tiene y construir lo que quiere; son los que creen que van a rebasar el horizonte, algún día, y que allí estará lo que sea por arte de magia. Ya adelanto que no, no va a ser así.

Por suerte o por desgracia el ser humano es así.
Así lo creemos, idealizamos nuestra vida hasta límites insospechados. Culpamos al tiempo cuando pasa y cuando no lo hace, sin darnos cuenta de que es un mero pretexto que inventamos nosotros para poder crecer; y es entonces, cuando hemos crecido, cuando nos damos cuenta de ello: que nunca pasaremos el horizonte que vemos, que hemos ido superando muchos otros, que el mejor de los sueños es el camino que hemos ido labrando.
Lo mejor que cualquiera de nosotros puede imaginar es una vida plena, una familia, su gente, todos los momentos en los que podría haber dicho "soy feliz" sin tapujos... y, por norma general, solamente somos capaces de hacer recuento cuando ya casi se nos han acabado los pretextos para seguir creciendo.

Que lo mejor de la vida es vivirla y a quien pasa de largo alternando las miradas al horizonte y a su ombligo, donde está el sueño propio que persigue, no le prestamos atención porque no nos la presta.
Dejar que el tiempo te meza, que la vida te dibuje, que el resto de vidas te toquen... todo el mundo necesita motivaciones, sueños, pero casi nadie considera que poder decir bien alto "he sido feliz" sea el más valioso de todos.



"Debe ser difícil entenderme, no hablamos el mismo idioma, pero entre cada punto y cada coma está mi alma. Eso no necesita traducción, el mejor perfume es nuestra esencia."

martes, 25 de enero de 2011

Sube un poco más la música que aún puedo oírme la conciencia.

Tápate los oídos, vas a tener que hacerlo con fuerza porque cuesta dejar de oír el mundo; a pesar de que dejaste de escuchar hace bastante tiempo.
Aprieta fuerte, pero no tapones del todo o tus pensamientos sólo podrán dedicarse a reverberar ahí dentro antes de que te acabes volviendo loca.
Y sabes que es cierto; hacer oídos sordos no sirve de nada. Y comportarse como una ciega rotunda tampoco.

Tápate la boca, tres monas en una; acaba de censurarte, tampoco queda tanto.

¿Cómo se puede querer estar tan ciega?
Sabes que soy muy racional, pero me desespera ver que eliges todas las opciones que te van a hacer perder a quienes todavía están  dispuestos a escucharte, ayudarte y a quienes todavía puedes echar de menos.
Y, adiós al protocolo, me jode. Me jode que no tengas a quien echar de menos, nadie más excepto a tu novio, nadie a quien quieras ver los fines de semana. Y me molesta más que no lo aceptes.
Y me joderá en sobremanera ser a quien llames y ser quien te consuele, porque soy así y no tengo estómago para dejar de lado a quien me venga a buscar.

Y finalmente harás como que no ha pasado nada, te darás otro morrazo, me volverás a llamar, seré sincera contigo y llorarás con tu novio... Es lo que mereces.

Buscarás conocidos y lugares con la música bien alta para acallar los malos recuedos; y, cuando no salgas con nadie, tratarás de ahogarlos con lágrimas.

Te lo he dicho miles de veces: estas perdiendo a tus amigos, a tu gente; pero yo no puedo hacer nada por tí y me he cansado de intentar abrirte los ojos.

martes, 18 de enero de 2011

Paréntesis

Hago un parón para dar gracias. Por las visitas y a los que me siguen; es genial que a alguien le guste lo que escribo. Ah y gracias también a todos los que comentan y opinan sobre las entradas; intento leer a todos los que  pasáis por aquí.

Debería renovar la música y la plantilla.
Cuando tenga un poco de tiempo libre crearé una plantilla nueva (ahora que empiezo a manejar un poquito) y os dejaré algo de lo que me ha dado por escuchar ahora.

Tengo par de ideas rondando para una entrada, así que publicaré de nuevo pronto. O eso espero.

lunes, 17 de enero de 2011

Hagamos ruido tú y yo.




"Haciendo ruido a más de tres de la mañana.
Haciendo ruido, y nos molestó la guardia urbana."


La felicidad no la trae únicamente la pareja, ni siquiera el amor.
La felicidad te encuentra. Te persigue en los buenos amigos, en los que empiezan a serlo, en los que seguro lo serán; en tu casa, por la calle; en las sonoras caracajadas, en el sorprendentemente tranquilo silencio de los sábados por la mañana; en quienes te arrancan una sonrisa y en quien te la sacó alguna vez.
Te la trae una cena, un viaje supuestamente corto en coche, trabajar en algo que te gusta, una canción, unas fotos, grabar algunos vídeos... el día a día.

Empeñarse en sonreír todo el rato hasta sentirse estúpido sólo cuando se está enamorado si es una estupidez.
Creyendo estar enamorado es más fácil sonreír; pero es mejor y más fácil enamorarse de alguien feliz. Entonces tendrás más motivos.

"Hay escaleras de por medio. Me es igual, me puede el nervio"

miércoles, 12 de enero de 2011

Seamos cuerdos.

He leído, y más de una vez, cosas como " Vivimos en un país en el que no se puede denunciar anónimamente a un maltratador o a un narcotraficante , pero sí a algun fumador". Por favor, no caigamos en sensacionalismos. Unas son faltas judiciales y la otra administrativa; están en niveles distintos, no son equiparables para nada.

Conste que escribe una NO fumadora ROTUNDA, algo así como una "liga antitabaco", que disfrutó como nadie al ver que se pedía, repetidamente, que se apagaran cigarros la madrugada del sábado 1 de enero de 2011.
Da gusto entrar a los bares, pubs, cafeterías... donde sea y no salir apestando a humo de tabaco y con la garganta reseca, pero no entiendo a quienes se ponen pejigueros de repente. No es que no entiendo que se molesten (como yo lo hago a veces), pero es excesivo el uso de los nuevos derechos que se toman sin ser realmente conocedores.

-¡Oye! Aquí no se puede fumar, estamos mmm... cerca de mmm... ¡un parque!

Falta información. Ni los fumadores ni los no fumadores tienen claros sus límites.
Llegamos incluso a acostumbrarnos a los ambientes cargados, es lo que traía salir o entrar en determinados sitios; pero los ojos enrojecidos, la voz ronca, el olor... nunca han sido agradables, y menos sin la supuesta "parte buena" (que no encuentro por ningún lado) porque nunca he fumado, nunca.
Me encanta el hecho de que no se fume en espacios públicos cerrados, pero al aire libre no encuentro pegas. Eso si, del mismo modo que yo respeto las decisiones de otros espero que respeten la mía de no fumar; no quiero tragar el humo de otros, ni tengo el porqué hacerlo. Ya me ocupo yo de no ponerme directamente al lado de un fumador si puedo evitarlo; pero espero consideración, que no me soplen el humo a la cara.
Por suerte, los fumadores habituales cercanos a mi saben que no soporto el tabaco y lo respetan; es una cuestión de equilibrio y de ceder ambas partes de vez en cuando.

Independientemente de que la decisión de empezar a fumar me parece una soberana estupidez, no tengo porqué imponer mis opiniones a los demás.
Si yo decido no probar nunca el tabaco, no quiero que nadie cambie de opinión por mi.

viernes, 7 de enero de 2011

"Esto si es una sarcasmo y no una sacarina"

"Esto si es una sarcasmo y no una sacarina"
Y yo que me sigo sorprendiendo con los ¿piropos?, si, creo que pretendía ser eso, que le pueden llegar a una.
Cuando crees que ya has escuchado lo mejor del repertorio de tamaño personaje, aparece otra reluciente perlita.
"Soy el remedio para todos tus males", "Sé que te haces la dura, pero no sabes cómo me gusta", "Haríamos buena pareja", etcétera, etcétera, etcétera. Aunque una cosa si admito, como dúo cómico no tendríamos precio.

He de admitir que el sarcasmo y la ironía me divierten y mucho, y esas "conversaciones" y encuentros casuales me entretienen. Existe un defecto clave: un interlocutor con escasa sensibilidad para trazar los límites.

Hay de todo en la villa del Señor, pero no entiendo el porqué me toca lidiar con alguna de sus "obras maestras" tan constantemente.

miércoles, 5 de enero de 2011

Otro "click" en mi cerebro, supongo...

 Ya lo explicó en su tiempo Ernest Dichter, experto de la investigación motivacional.

Un descapotable, una amante simbólica.
Con ambos fantasean muchos hombres; no pueden satisfacer el deseo de comprarlo como tampoco obtener los favores de cuantas mujeres imaginan a su vera. Pero les gusta recrearse en ello, y en eso nadie se mete porque nadie lo conoce.

Una vez más un flamante "objeto" con detalles y remates en rojo y un buen par de llantas, como quien dice tacones, saca a flote el orgullo de macho herido.
Lamentable, pero ciertamente, es lo que vende y lo que se vende. Todo en esta vida es mejor con un buen coche y buena compañía, y mejor todavía si es el buen coche el que, supuestamente, traerá buena compañía de recambio. Por no hablar de los milagros de perfumes en materia de seducción.
Rociar, vestir, conducir, lucir, comer... lo que sea pero siempre con estilo. Con ese estilo tan volátil e irreal como deseado.

La estupidez no va a desaparecer mañana, así que las divorciadas ideas del machismo en busca de un marido mejor, como es el consumismo, tampoco. Y menos aún si ya no entienden de sexos, edades ni condición.

Seductor consumismo, seductora publicidad, seductores productos, seductora imaginación... adiós a la verdadera seducción.
El encanto personal, la frescura, el sentido del humor, la personalidad... todo se pierde en pos de cánones estereotipados; incluso la originalidad está estipulada. Y es tan cierto como que al leer la frase anterior un bombardeo de anuncios, que supuestamente contendrían la esencia de todo eso, nos golpea la memoria.

Y una vez más adiós, adiós a la gracia de la mayoría de las posibles futuras relaciones humanas que se encasillaran intentando amoldarse a lo que se supone que busca el maltratado subconsciente de gran parte de la sociedad: la inexistente perfección que será otra en cuanto cambie la caprichosa moda.

Con todo esto quiero decir que lo mejor que se puede alcanzar en esta vida es la madurez, que sigo buscando. La madurez para saber que te gustas y qué te gusta, para alcanzar la verdadera libertad de decisión que nos venden (cuando realmente es todo lo contrario) y para poder decir y hacer libremente lo que se cree correcto en todo momento, sin tener en cuenta el "que dirán" porque realmente, si actúas dentro del respeto a ti mismo y a los demás, nadie va tener nada con sentido que pueda decir en tu contra.


Hasta el momento no he encontrado mejor filosofía de vida que : "Vive y deja vivir."
Nada tan genial y simple como "Hakuna Matata".
"Vive y sé feliz" es mi deseo para el 2011.

FELIZ AÑO NUEVO