miércoles, 12 de enero de 2011

Seamos cuerdos.

He leído, y más de una vez, cosas como " Vivimos en un país en el que no se puede denunciar anónimamente a un maltratador o a un narcotraficante , pero sí a algun fumador". Por favor, no caigamos en sensacionalismos. Unas son faltas judiciales y la otra administrativa; están en niveles distintos, no son equiparables para nada.

Conste que escribe una NO fumadora ROTUNDA, algo así como una "liga antitabaco", que disfrutó como nadie al ver que se pedía, repetidamente, que se apagaran cigarros la madrugada del sábado 1 de enero de 2011.
Da gusto entrar a los bares, pubs, cafeterías... donde sea y no salir apestando a humo de tabaco y con la garganta reseca, pero no entiendo a quienes se ponen pejigueros de repente. No es que no entiendo que se molesten (como yo lo hago a veces), pero es excesivo el uso de los nuevos derechos que se toman sin ser realmente conocedores.

-¡Oye! Aquí no se puede fumar, estamos mmm... cerca de mmm... ¡un parque!

Falta información. Ni los fumadores ni los no fumadores tienen claros sus límites.
Llegamos incluso a acostumbrarnos a los ambientes cargados, es lo que traía salir o entrar en determinados sitios; pero los ojos enrojecidos, la voz ronca, el olor... nunca han sido agradables, y menos sin la supuesta "parte buena" (que no encuentro por ningún lado) porque nunca he fumado, nunca.
Me encanta el hecho de que no se fume en espacios públicos cerrados, pero al aire libre no encuentro pegas. Eso si, del mismo modo que yo respeto las decisiones de otros espero que respeten la mía de no fumar; no quiero tragar el humo de otros, ni tengo el porqué hacerlo. Ya me ocupo yo de no ponerme directamente al lado de un fumador si puedo evitarlo; pero espero consideración, que no me soplen el humo a la cara.
Por suerte, los fumadores habituales cercanos a mi saben que no soporto el tabaco y lo respetan; es una cuestión de equilibrio y de ceder ambas partes de vez en cuando.

Independientemente de que la decisión de empezar a fumar me parece una soberana estupidez, no tengo porqué imponer mis opiniones a los demás.
Si yo decido no probar nunca el tabaco, no quiero que nadie cambie de opinión por mi.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con tu texto.

    Firmado un no fumador, yo también nunca he fumado.

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